El poder la creatividad

Desde el enfoque de la Terapia Bioenergética se piensa que la energía es ilimitada y libre. No es ni buena ni mala, sino que es la intención que ponemos sobre ella lo que va a determinar su cualidad característica.

La intención mueve la energía.

Como ya anunció Albert Einstein, todo en el universo es energía. Y el Pathwork añade que cada ser en el universo expresa de forma única y subjetiva su propia energía personal que al mismo tiempo comparte con todo lo que existe.

En ocasiones, la energía de nuestro cuerpo se bloquea formando bloques: se estanca y se ve interrumpida su libre circulación. A lo largo de la vida, desde que somos niños, incluso desde que estamos en el vientre de nuestra madre, según afirma Alenxander Lowen, padre del Análisis Bioenergético, sentimos las emociones en nuestro cuerpo y todo lo que vivimos va modelándolo constituyendo el carácter. Fue WIlhem Reich quien introdujo el concepto de coraza caracterológica, como esa especie de armadura que cierra nuestros canales energéticos, tensa los músculos impidiendo la espontaneidad y la libre expresión emocional. En definitiva, obstaculizando el ser uno mismo, que es un derecho natural, como el derecho de crecer en el amor, la verdad y la creatividad, siendo seres humanos evolutivos que vamos desarrollando un camino de autoconocimiento profundo en el que poder transformar nuestras heridas  en potencialidades y dones.

La energía de vida, o eros, como apuntó Sigmund Freud, fundador del Psicoanálisis, tiene que ver con las experiencias creadores y placenteras. La energía tanática, en cambio, es la pulsión destructiva, que bien canalizada nos puede servir como instinto de conservación y autoafirmación.

El cor (raíz de la palabra corazón) o núcleo es el centro creativo de la persona. Está siempre disponible y es la esencia misma de la vida guardada en cada célula de nuestro cuerpo. Al sentir paz, libertad, o al conectar con nuestra verdad estamos en conexión con esa fuerza de vida que nos alimenta y nos mueve hacia adelante, despejando el camino de tensiones y bloqueos, para ser, en definitiva, un@ mism@.

Clara Herranz.